Elidyr

Nombre: Elidyr (sin apellido al ser huérfano y al desconocerse su lugar de nacimiento).

Raza: Elfo

Edad y fecha de nacimiento: 56 años pero aparenta 10. 19 de septiembre.

Familia: Sólo tiene a sus dos hermanos mellizos, Eldrin y Erlan. Se escaparon del orfanato a orillas del lago cuando no tenían más de siete años.

Fortalezas: Conoce muchas plantas y sus propiedades, por lo que a la hora de cocinar algo o recaudar comida, es él quien se encarga. Le hubiera gustado ser sanador, pero al no saber leer ni escribir, sólo posee conocimientos muy básicos que ganó en el orfanato antes de escaparse.

Debilidades: Es alérgico a las picaduras de mosquito y más de una vez ha caído enfermo, a punto de fallecer por falta de remedios. Es bastante delgado y débil a la hora de enfrentarse a alguien a causa de sus enfermedades y su metabolismo. Al ser mellizos y ser víctimas de una maldición al nacer, poseen el alma compartida. Es decir, si fallece uno, fallecen los tres, por ejemplo.

Uso de armas: Ninguna. Tiene que aprender.

Rasgos psicológicos: Sufre constantes cambios de humor y no suele tener mucha paciencia. Es reservado incluso con sus hermanos, pero igualmente les quiere por encima de todo. Además, e bastante egoísta muchas veces y eso le ha hecho caer en más de una disputa.

Lugar donde vive: en una aldea de Leukós (a elegir).

Estatus social: Soltero

Avatar: A gusto del usuario siempre y cuando concuerde con la descripción predicha. Debe parecerse físicamente a Eldrin.

Twitter: -

Biografía: Poco se sabe de este pequeño bribón puesto que pasó su infancia en el orfanato desde que tiene uso de razón. Su madre, sin dar un motivo aparente les abandonó cuando no eran más que unos bebes, llevándoles al orfanato para que se hicieran cargo de ellos. Nunca les dieron explicación alguna, solamente un nombre, Nlaea.

Desconocedor de si su madre aún vive, convive con sus dos hermanos de posada en posada con el dinero que recaudan robando a los grandes nobles que visitan la ciudad mientras fingen ser buenos guías. Los días que no consiguen nada o deben esconderse, salen de la ciudad y se internan en las montañas del norte, cobijándose en alguna cueva o debajo de algún puente.

El día que se escaparon, él fue el único que se negó al principio. Con su salud débil veía un completo peligro el salir fuera y vivir solos, sin cobijo ni ayuda, pero por no quedarse solo aceptó huir con sus hermanos con resignación.

Se lleva muy bien con sus hermanos y más de una vez han querido adoptarlos, pero al ser desconocedores de lo que es el afecto y el cariño, siempre acaban colmando la paciencia de quien les ha acogido o acaban timándole.

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