Sisath Venneheläelë

Raza: Elfa oscura.

Sexo: Femenino.

Edad y cumpleaños: Aparentando físicamente 22 años, su edad real es la de 131 años. Ha nacido el 15 de marzo.

Lugar donde vive: Oficialmente habita una cueva escondida en el bosque de Glacei Mesien, pero algunas veces puede vagar.

Familia: Hencir Venneheläel y Saaihië Desseä, ambos fallecidos. Se desconoce si tenía mas familiares, puesto que renegó de ellos tras su huida.

Estatus social: Soltera, perteneciente a la clase media-baja.

Armas que usa: Debido a que se concentra más en la hechicería, sólo conoce el uso de la daga, mortífera a pesar de ser una herramienta muy pequeña. Tiende a usarla sólo en sus rituales, manteniéndola impoluta el resto del tiempo.

Habilidad especial: Gracias a Thanatos, recibió la habilidad de poder acumular electricidad en sus manos, pero no de lanzarla.

Avatar a usar: Katie McGrath.

Cuenta de Twitter: @Soulless_Blood

Debilidades: Su mente fue corrompida por su propia madre, lo que ha causado en Sisath diversos traumas que, en caso de aparecer, le hacen entrar en un estado de aparente debilidad, destrozada e incapaz de realizar nada hasta darse cuenta de que sus males desaparecieron hace mucho.

Por otro lado, usar su poder en un determinado espacio de tiempo y contra diversas personas le causa un cansancio y un agotamiento que, dependiendo del grado, la obligan a dejar de usar el poder, con riesgo de desfallecer.

A pesar de que odiaba a su madre, en su interior creó la necesidad de depender, en cierta manera, de una figura materna. Es por ello que trata desesperadamente de buscar a alguien que cubra ese puesto.

Fortalezas: Es ágil y sabe manejarse bien allí por donde va, habiendo obtenido un buen sentido de la orientación con el paso del tiempo. Posee una mente retorcida e ingeniosa, lo que la ha salvado más de una vez ante situaciones peligrosas.

Biografía: Única hija nacida del matrimonio formado por Hencir y Saaihië, respectivamente padre y madre de la pequeña. Ambos progenitores estaban destinados en el pasado a llevar el mal en sus almas y a que su familia se desintegrase poco a poco hasta que la línea de sangre desapareciera. Eran tiempos duros, y tal y como la maldición predijo una vez, el progenitor perdería la vida. Sisath desconocía la existencia de tal condena. Nunca le explicaron que la muerte de su padre se debió a un trato incumplido en el pasado, lo que les costó el desaparecer de la forma mas cruel, observando cómo cada miembro perecía mientras el hilo de sus destinos se tensaba mas y mas, cercano a la muerte.

Fue a partir del fallecimiento de Hencir cuando Saaihië perdió el rumbo de su vida y se mostró arisca con su propia hija, dándole un mal trato y humillándola delante de todo el mundo, incluso de los invitados que a veces visitaban su modesta casa en la ciudad de Tenibrae. La joven Sisath, aquella jovial y dulce joven, no tardó en transformarse en alguien sin un atisbo de brillo de vida en sus ojos, cediendo cualquier resistencia que pudiera haber tenido en su tiempo. Vivió atada a su madre, la cual no dejaba que descansara y trataba cual mera sirvienta a sus servicios, castigando su cuerpo en caso de cometer el más mínimo error.

Todo cambió cuando un día, mientras se hallaba cumpliendo un castigo de su madre en el bosque de Glacei Mesien, soportando las bajas temperaturas con un simple trapo como protección y rezando a su deidad, se le apareció una sombría figura en la nieve. Esta figura se presentó como Thanatos, ofreciendo a la joven la posibilidad de escapar de la vida que el destino había tejido para ella y de poseer un gran poder, todo a cambio de un simple favor... ofrecerle un ritual. Sisath no tardó en cumplir con el trato, escapando de casa y engañando a gente a la que llevaba a una cueva con la promesa de tener su cuerpo, mas en realidad los inmovilizaba y los dejaba en su interior, donde nadie pudiese escuchar sus súplicas. Varias lunas después, y teniendo ya sus sacrificios, se los entregó a la deidad, despojándoles de vida alguna y llenando sus manos de sangre.

Aquello le abrió los ojos a un nuevo mundo, y la habilidad de poder crear y acumular electricidad cual rayos en sus manos, poder que le fue otorgado por Thanatos y por el cual empezó a realizar más rituales en su honor. Aquel poder era todo lo que había ansiado, y la primera persona que pereció bajo esta nueva habilidad fue Saaihië, a quien le devolvió todo el dolor causado con un simple roce en el rostro. Desde ese día, escapó de la ciudad y se ocultó de nuevo en los bosques, esperando para formar su propio "ejército", un ejército con el que acumular más poder. Su destino había cambiado, y ahora lo que ansiaba era tener mas.

Rasgos psicológicos: En su propio mundo sólo existe ella y los enemigos que tiene a sus espaldas. No es una mujer especialmente amable, mas sabe cómo engañar a los demás para obtener aquello que desea en el momento, siendo caprichosa. Tiende a estar en la soledad absoluta, pero su destrozada mente ansía tener una madre, una figura materna que nunca ha llegado a tener en realidad, puesto que prefiere no pensar en su madre biológica, ya que tiende a entrar en estado de shock. Es realmente malvada cuando se lo propone, atentando contra viajeros y obsequiando a su deidad con sus almas, sin importarle que desaparezca la poca bondad que le quedaba. Obsesiva y celosa son dos adjetivos más que se le pueden añadir a esta elfa oscura, además de vengativa.

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